A lo largo de nuestras vidas nos fijamos en multitud de modelos; un modelo para hablar, otro modelo para vestir, otro para comportarnos. Está claro que modelos no faltan, siempre hay alguien que sobresale en algo, y que se convierte en objeto de la mirada de todos, y claro, cuando nos gusta lo que vemos, tendemos a copiarlo.Pero todos tenemos defectos, sean del tipo que sean. Así que cuando copiamos un modelo nos encontramos con sorpresas, ya que no sólo adquirimos sus virtudes, sino que además nos hacemos con sus defectos, añadiéndolos a los que ya tenemos.
por tanto, ¿A quién buscar como modelo? La respuesta está en la Biblia...
"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios"(Hebreos 12:1-2)
Sigue a Jesús, Él es el modelo perfecto. Con Él sumamos virtudes y restamos defectos, para finalmente ser perfectos como el modelo lo es.
MBM.
