miércoles, 28 de mayo de 2014

DECISIONES


decidiendo : Personaje de dibujos animados de naranja con señal de dirección. Fondo blanco.Las decisiones, pueden ser:

-Emocionales:    basadas en las emociones, sentimientos.

-Intelectuales:     basadas en el razonamiento, sentido común.

-Espirituales:       basadas en la fe en Cristo,  fruto de la 
                              relación con Dios y la obediencia a su Palabra.   
                               
                                       
               

Debemos tomar nuestras decisiones, guiados por el Espíritu Santo, poniendo en sus manos el asunto sobre el cual queremos tomar una decisión, ya que como dice la palabra,

"Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá"(Romanos 1:17)

A veces nos dejamos llevar por las emociones, otras por la razón. Hay ocasiones en que las emociones entran en conflicto con la razón...

"Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo"(1ªCorintios 2:14-16)

Es necesario nacer de nuevo, del espíritu, para tomar  buenas decisiones. El hombre en su naturaleza, no puede tomar decisiones espirituales, porque para él son locura.

Un hombre espiritual, sabe llevar todas las áreas de su vida a Dios para tomar decisiones.
 

Las decisiones tomadas según las emociones, duran lo que dura lo que produjo la emoción. 
Las decisiones tomadas por el razonamiento, pueden ser erróneas.

Las tomadas espiritualmente, como son fruto de la fe, son producto de la consulta con Dios, será una decisión que de fruto abundante, aunque en un principio pueda parecernos que no era una buena decisión.


En la Biblia encontramos algunos ejemplos de personas que tomaron decisiones basadas en las emociones, en la razón, y en el espíritu :

-David, Sansón, Caín, ellos basaron sus decisiones en las emociones en un momento de su vida.

-Lot, en su razonamiento lógico, escogió para sí, lo que creyó mejor, lo que estaba a la vista.
-Pedro, Pablo, Rut... Se decidieron a vivir por fe.

Las decisiones de estas personas, tuvieron consecuencias para sus vidas, en unas, malas consecuencias; en otras, los que buscaron el reino de Dios, buenas consecuencias.

"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas"(Mateo 6:33)

Dios quiere reinar en todas tus decisiones. Él quiere que cada vez que tomes una decisión, sea el primero al que recurras. Él no quiere que probemos otras opciones, y le busquemos como último recurso, pues esto trae consecuencias y tendremos que sufrirlas.

El que vive en el espíritu, vive siguiendo los consejos de Dios, según su palabra. Dios sabe lo que nos conviene y sólo siguiendo sus consejos, podemos vivir en su reino, aún estando aquí en la tierra, y lo demás nos será añadido.

Robert Schemmel.

miércoles, 21 de mayo de 2014

LAS ESTACIONES


Existen 3 tipos de estaciones:
A. estaciones del año
B. estaciones de la vida y
C. estaciones espirituales.

A. Las estaciones del año tienen su origen en Dios, tal como dice en Genesis 1:14.

"Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años"

Hay quien prefiere una estación a otra y quien desea la desaparición de alguna de estas estaciones por ser una estación que causa enfermedades, desánimos o incluso por no poder disfrutarla por algún tipo de incapacidad.
Pero la realidad es que cada una de las estaciones fueron creadas por Dios y son perfectas y permanecerán mientras permanezca la tierra (Gen 8:22).

"Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche"

B. Las estaciones de la vida
  • Primavera (hasta los 25 años aproximadamente)
  • Verano (hasta los 50 años aprox.)
  • Otoño (hasta los 75 años aprox)
  • Invierno (hasta el final)
En la primavera de la vida, todo es muy bonito, todo se ve con claridad, todo se ve de color rosa, y esto invita a soñar, a pensar en las posibilidades que el futuro brinda y te prepara, te fortalece para que llegado el verano de la vida, puedas trabajar al 100% en todo aquello que soñaste, poniendo en práctica todo aquello que aprendiste en primavera, conquistando todo aquello que veías desde tu primavera y que era fácil de enfrentar según el vigor de esa etapa.

Pero siendo inevitable la llegada del otoño, también, en aquella primavera debimos prever que el ocaso llega a pesar de que el ímpetu y la fuerza de la época estival impida ver lo que no es visible en ese momento y en esa previsión hacerse a la idea, de que llegará el momento de dejar lugar a los que vienen detrás, soltando aquello que tan bien se nos daba, en beneficio de los que empiezan su verano.

Finalmente, terminamos viéndonos en el crudo invierno de la vida, que puede ser muy placentero, si somos capaces de aceptar cada una de las etapas, viviendo cada cosa en su momento. "Todo tiene su tiempo..." (Eclesiastés 3:1)

A veces tratamos de alargar el verano forzando situaciones, porque es en esa estación donde nos sentimos valorados, pero el tiempo, imparable, se encarga de marchitarnos, haciendo de nosotros personas inmaduras que acaban sus vidas indignamente.
Es por ello, que debemos aceptar las limitaciones que nos marca cada una de las etapas que vivimos.

C. Las esaciones espirituales
Sin embargo, en lo espiritual, podemos pasar de una estación a otra, ordenadamente y cuando al fin llegamos al invierno del espíritu, podemos ver como Dios, nos usa para cosas que no podemos imaginar.
Así ocurrió con Caleb, que a los 80 años, estando en el otoño de su vida, empezó una primavera y un verano espiritual, cosa que solo es posible si estamos en Cristo.

Es posible que viviendo en el verano espiritual, nos veamos de golpe en el invierno, debido a una tragedia, esto es inevitable y siendo algo doloroso, se puede convertir en una oportunidad para madurar, crecer en Cristo y hacernos más fuertes, aunque desgraciadamente los hay que quedan anclados en ese invierno por no tener puestos los ojos en Cristo, aquel que vivió la mayor tragedia jamás ocurrida en este mundo, muerte de Cruz, estando libre de pecado.

Debemos recordarlo cada día y vivir de acuerdo al hecho de que su tragedia nos sirvió de rescate para vida eterna.
Cuando entiendes la tragedia de la cruz, puedes sobrellevar tu tragedia mucho mejor.
Cristo tuvo su primavera, su verano (ministerio), pero llegado su otoño, soltó todo para humildemente ir hacia su invierno maldito, que se tornó en bendición para la gloria de Dios.

Debemos aprender a vivir cada estación en Cristo según corresponde y como Dios establece. Debemos soñar en Cristo, de acuerdo a la voluntad de Dios, trabajar en Él, creciendo en su obra.
Si no hay visión de cambio en nuestras vidas, viviremos un invierno perpetuo. Si vivimos con lo ojos puestos en Jesús, cuando llegue el otoño, estaremos preparados para soltar aquello que se nos demanda.

A Abraham se le pidió que soltara a su hijo, a pesar de ser el hijo de la promesa y Él supo despojarse de lo que Dios le dio, obedeciendo, aunque después LE FUE CONTADO POR JUSTICIA. Él estuvo preparado, llegó a soltar lo máximo (su hijo).

Debemos deshacernos de la idea de que todo debe ser perfecto en nuestras vidas por el hecho de tener a Cristo, debemos aceptar que no todo es como queremos o creemos que debe ser y eso, sólo se consigue fracasando y aceptando el fracaso, sólo así, Dios nos volverá a levantar.



Canción:
Primavera llegará, aprender a planear, nueva, bella vida nacerá.
Primavera, primavera, tiempo de una nueva era, de esperanza y ganas de soñar.

El verano llegará, aprender a trabajar, fruto abundante traerá.
El verano, el verano, tiempo de sentirse sano, fuerte y con ganas de luchar.

El otoño llegará, aprender a soltar, la hoja de su árbol caerá.
El otoño, el otoño, tiempo de sentirse ñoño, menguando sin ganas de menguar.

El invierno llegará, aprender a esperar, nada puedo hacer sino confiar.
El invierno, el invierno, tiempo de sentir enfermo, débil y con ganas de acabar.

Tú no puedes escoger, estaciones al placer, todas ellas te alcanzarán.
Estaciones, estaciones, cambios que dan emociones, nos preparan para la eternidad.


Robert Schemmel.

lunes, 19 de mayo de 2014

¿RECONOCES LOS NEGOCIOS DEL MUNDO?

Y Jehová dijo a Josué: No tengas temor de ellos; porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de ellos prevalecerá delante de ti. (Josué 10:8)

Cuando leí por primera vez, en el antiguo testamento, la historia de cómo entraron los israelitas en la tierra prometida, después de haber derrotado a tantos pueblos que había asentados por la zona, de una forma tan sencilla, por cuanto fue Dios quien peleó la batalla por ellos; me llamó la atención el hecho de que dejara varios de esos pueblos por los alrededores, teniendo en cuenta que cada uno tenía unas costumbres, culturas, vicios y pecados propios, con los cuales, existía la posibilidad, casi segura, de que los israelitas se contaminaran con ellos. ¿Porqué los dejó allí? eso les complicó un poco las cosas para centrarse completamente en Dios. Pero la realidad es, que la poca fe del pueblo de Dios fue la causa de que aquellos pueblos, con Dioses extraños, permanecieran en la tierra que les fue entregada por el mismo Dios

"Y Josué respondió al pueblo: Vosotros sois testigos contra vosotros mismos, de que habéis elegido a Jehová para servirle. Y ellos respondieron: Testigos somos.  Quitad, pues, ahora los dioses ajenos que están entre vosotros, e inclinad vuestro corazón a Jehová Dios de Israel. Y el pueblo respondió a Josué: A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos" (Josué24:22-24)

"Mas al jebuseo que habitaba en Jerusalén no lo arrojaron los hijos de Benjamín, y el jebuseo habitó con los hijos de Benjamín en Jerusalén hasta hoy. (Jueces 1:21)

 Tampoco Manasés arrojó a los de Bet-seán, ni a los de sus aldeas, ni a los de Taanac y sus aldeas, ni a los de Dor y sus aldeas, ni a los habitantes de Ibleam y sus aldeas, ni a los que habitan en Meguido y en sus aldeas; y el cananeo persistía en habitar en aquella tierra.
1:28 Pero cuando Israel se sintió fuerte hizo al cananeo tributario, mas no lo arrojó" (Jueces 1:17-28)

Y así ocurrió con otros muchos pueblos, a los que los israelitas, por cobardía disfrazada de bondad, dejaron vivir entre ellos, haciendo oídos sordos a lo que el Dios de dioses les había hablado. Tal es el caso de Saúl, el primer rey de Israel:


 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto.  Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos. (1Samuel 15:2,3)

 Y dijo Saúl a los ceneos: Idos, apartaos y salid de entre los de Amalec, para que no os destruya juntamente con ellos; porque vosotros mostrasteis misericordia a todos los hijos de Israel, cuando subían de Egipto. (1Samuel 15:6)
Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron. (1Samuel 15:9)

Es posible que nosotros los cristianos, nos enredemos, en los llamados, en el nuevo testamento, "negocios de este mundo" con la excusa de que lo hacemos por misericordia, por dar testimonio, pero la verdad es, que si Dios dice que no nos enredemos, que no participemos de lo sacrificado a los ídolos, el mayor testimonio lo daremos obedeciendo a Dios, manteniéndonos firmes, porque la palabra de Dios es suficiente. De manera que cuando alguien nos pregunte el motivo por el cual actuamos así, seamos capaces de responder con seguridad y firmeza que es por la Esperanza en Cristo, el cual dio Su Vida en rescate por nosotros. Esta respuesta desarma a cualquiera que la escuche. Por ello no desfallezcas y mantente firme, lo que Dios Te dice hoy, no lo va a cambiar mañana. Ninguna Vida en Cristo, por muchos años que lleve en Él, por mucha experiencia que tenga, Mira hacia atrás y se avergüenza de lo vivido tratando de darle Otro sentido a lo que Dios dice.


No seamos como los israelitas, Saúl concretamente, que creyeron en sí mismos, en su prudencia, tratando de agradar a Los hombres; o como Caín, que trajo delante de Dios como ofrenda lo que a él le pareció bueno, como si él supiera lo que es bueno; no antepongamos nada a Dios, porque mejor es obedecer a Dios antes que a Los hombres, porque si agradamos a los hombres antes que a Dios, si así hacemos, hemos dejado de ser siervos de Cristo (gálatas 1:10)
 ¡Lo tenemos tan fácil! y ¡Nos complicamos tanto!


MBM.

sábado, 17 de mayo de 2014

¿DE DÓNDE VIENE TU SEGURIDAD?

Hoy día, cada vez más, se exige a los demandantes de empleo que estén mejor preparados si quieren conseguir un trabajo medianamente bueno. Y claro, pocos son los que no se ponen manos a la obra para conseguir títulos que justifiquen lo preparados que están. Cada vez hay más competencia, y es que tener un buen trabajo, en este mundo, es sinónimo de grandeza, que da prestigio al que lo posee y eso hoy día da seguridad, valor. Pero esto tiene su peligro, ya que estas personas pueden llegar a creerse invencibles, superiores, mientras que muchas otras personas, no tan preparadas, se sientan menos capaces, llegando incluso a creerse inútiles para desempeñar cualquier labor. Pero las buenas nuevas son: que en Cristo todas esas capacidades no son nada, no en vano dice Pablo, que todo lo que es en la carne, lo tiene por basura:



"Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más:
circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín,
hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;
en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.
Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; (Filipenses 3:8)

Y no fue esta actitud de Pablo, una actitud caprichosa en la que lo deja todo por una locura o por fanatismo, sino una actitud basada en su amor y agradecimiento a Dios una actitud acorde a la voluntad de Dios, de entrega a Él al 100%, sabiendo que su capacidad en Cristo es infinitamente mayor, por cuanto viene de Cristo.
Un ejemplo que confirma y demuestra cual es la voluntad de Dios con respecto a nuestra preparación humana, es la vida de Moisés, entre otros: 
 
En su primera etapa de adulto, Moisés, era importante, los ojos de muchos estaban puestos en Él. Siendo "hijo" de la hija de faraón, no podía más que tener una preparación de príncipe y el poder que eso conlleva, ciertamente un hombre seguro de sí mismo, por su educación, prestigio, preparación y posición. ¿Qué más se podía querer? Cuando supo de su origen verdadero, no dudó en salir en defensa de uno de los suyos, matando a un egipcio, viéndose así obligado a huir lejos de todo aquello que le daba poder, seguridad, grandeza y posición.
Lo curioso es, que cuarenta años después, habiendo vivido mucho tiempo en el desierto y habiendo perdido todo vestigio de superioridad, seguridad, valentía e incluso su capacidad de hablar con soltura, es cuando Dios le llamó para liberar a su pueblo. Y es que, sólo cuando nos despojamos de nuestras capacidades, adquiridas por nosotros mismos para sentirnos grandes, es cuando Dios manifiesta su superioridad en nosotros, una superioridad, que de ninguna manera se verá truncada mientras nos sintamos incapaces por nuestros propios medios, porque nuestra capacidad y fortaleza están en Cristo y sólo en Él.

"Vano para salvarse es el caballo;
La grandeza de su fuerza a nadie podrá librar.
He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen,
Sobre los que esperan en su misericordia" (Salmos 33:17)
 
 Esa superioridad en Cristo se basa en el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; todas estas cualidades son el fruto del Espíritu Santo. Curiosa superioridad. Lo mejor de todo, es que todos y digo todos, tenemos acceso a este maravilloso fruto, aquí no hay capacidad humana ni estudio académico que te pueda favorecer para sobresalir, aquí prima la gracia y esto sólo

 "poniendo los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe..."(Hebreos 12: 2)   

MBM.