martes, 9 de noviembre de 2010

La Biblia ¿Por qué leerla?

Caundo era niña recuerdo que tenía una fe infantil casi innata en los niños, y hablaba con Dios y creía en Él. Al llegar a la adolescencia todos mis pensamientos acerca de Dios se volvieron dudas y la Biblia me parecía un libro viejo, obsoleto y lleno de contradicciones. Perdí mi relación con Dios y mi fe de niña y mi corazón se habían endurecido. Mucha gente parecía tener la misma idea que yo acerca de la Biblia, pero cual fue mi sorpresa cuando Javier, un compañero de la universidad, me hablo de Dios con un entusiasmo y una convicción que yo nunca antes había visto en nadie. Él me desafió a leer la Biblia de una manera diferente, dejando a un lado mis prejuicios y dejándome interpelar por ella con un espíritu de humildad. "Pregúntale al creador de la Biblia qué significa lo que lees" me dijo Javier. Yo me quedé perpleja, pero acepté el reto, quería demostrarle a mi amigo cuan equivocado estaba, o quizás tan solo quería demostrar que yo tenía la razón.
De ese modo, hablé con Dios después de muchos años, y le pregunté con toda la sinceridad de mi corazón si era verdad que Él existía y podía oirme en esos momentos.
No tuve una respuesta inmediata, pero recuerdo leer la Biblia y apuntar las cosas que no me parecían lógicas para poderlas debatir con mi amigo.
Conforme iba avanzando en la lectura de los evangelios me iba cautivando más y más la lectura. Descubrí la vida y las palabras de Jesús que me desafiaban. Me di cuenta que el libro me estaba resultando muy interesante, no podía dejar de leerlo día tras día, era apasionante. ¿Qué había cambiado?.
También me di cuenta que cuando una pregunta surgía en mi mente la respuesta me venía durante el tiempo de lectura. Todo era un poco extraño, parecía...¡ parecía que alguien leía mis pensamientos y se comunicaba conmigo!...y ese alguien era el mismo Dios al que yo pregunté semanas atrás si de verdad Él existía.
Desde entonces camino con Dios. Él es mi mejor amigo y la Biblia un libro que después de tantos años, leyéndolo diariamente, no ha dejado de edificarme y guiarme en el camino.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para mi fué y es también un desafío leer la Biblia.
El Creer y Confiar en Dios cada día es un reto que nos da resultados maravillosos.

¿Aceptas tú este desafío?