lunes, 18 de agosto de 2014

QUÉ ES LA FE EN DIOS?


Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago…  Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud” Lucas 5:1-3. 


La fe se activa por oír la palabra de Dios. Esto está antecedido de un anhelo profundo por oir a Dios. El texto de hoy nos enseña que la gente se agolpaba para oír la palabra de Dios, junto al Lago de Genesaret. Ellos querían escuchar, anhelaban la palabra del Señor, por eso el salmista también dice: “¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca” (Salmo 119:103).


Además, nos dice el texto de hoy que Jesús estaba “junto al lago de Genesaret”, la palabra Genesaret, significa: “Jardín de riquezas”, “Jardín del príncipe”, y esto es lo que ellos allí encontrarían: al Hijo del Rey, Jesucristo el Hijo de Dios, enseñando las riquezas de la revelación del reino de Dios.


Cuando miramos los evangelios detalladamente vemos que Jesús siempre está enseñando, en todo lugar, en todo momento, en toda circunstancia, a través de sus sermones, sus acciones o su ejemplo, pero creo que como los discípulos de ayer, nosotros hoy no estamos siempre aprendiendo. Permitimos que los factores distractores, o las circunstancias adversas nos aflijan demasiado, y nos perdemos grandes y hermosas enseñanzas. Por eso, muchas veces superamos la dificultad por Su misericordia, pero sin asimilar la enseñanza contenida en la prueba (Abraham nos enseña al respecto, puedes leerlo en: “Abraham debe sacrificar a su hijo”).


Jesús les enseña desde la dificultad: “ellos lavaban sus redes” y más adelante nos dice el texto que “nada habían pescado”, había desánimo, decepción, y fatiga. Les enseñaba desde su lugar de trabajo: la barca. Dios siempre nos estará enseñando, pues nuestro discipulado es eterno ¿por qué cuando dejará él de ser Maestro? Por eso, una de las virtudes del hijo de Dios es mantener un corazón enseñable, manso y humilde.


Debemos mantener presente que la fe promueve los milagros (te invitamos a leerlo en: “la fe genera una atmósfera de milagros”)  . La fe avanza ante la adversidad, pues confía en las palabras de Dios. La fe es una prueba de confianza donde el discípulo deposita su corazón en las palabras de su Maestro. “Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red” Lc. 5:4-5. 


Pedro había escuchado el mensaje de Jesús en su barca, la Biblia no nos dice cuál fue. Jesús le da una palabra, un mandamiento, una instrucción, él venía de pescar, las redes estaban recién lavadas, estaba cansado de pescar toda la noche (tiempo en el que los peces subían a la superficie, y de día se escondían del calor), Jesús era Maestro de las Escrituras y no pescador, sin embargo Pedro le dice: “en tu palabra echaré la red”. La obediencia debe imponerse sobre la razón, pues está ultima es un obstáculo para los milagros. Pedro obedeció a pesar de las adversidades.


Reflexión final: Pedro y los demás discípulos fueron testigos de un milagro, pues sólo cuando confiamos en Dios y obedecemos su palabra veremos cosas sobrenaturales. No es por nuestra capacidad o experiencia, es por el poder y la gracia de Dios.


De estudios y sermones
p.Gonzalo Sanabria.