domingo, 15 de junio de 2014


LA PALABRA



 
A veces no tenemos tiempo para leer la Biblia; El trabajo, las prisas, los compromisos; esto hace, que en ocasiones, nos veamos leyendo de cualquier manera, en un lugar improvisado, con apenas unos minutos de tiempo. Eso, no es que esté mal, ni mucho menos, pero cuando leemos así, con prisas, rara vez recibimos lo que realmente Dios nos quiere dar. Es, como si el simple hecho de tomar una Biblia en nuestras manos, de pasar nuestros ojos sobre las letras que en ella están escritas, fuera nuestra forma de cumplir con Dios, de hacer lo que creemos que Dios espera de nosotros.
En realidad, con eso, lo que hacemos es tratar de limpiar nuestra conciencia, calmar nuestra ansiedad. Todo esto, está muy lejos de ser lo que Dios quiere para nuestras vidas.

Si Dios nos dejó su palabra, fue para servirnos de ella:


  "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra"
                                                                                          (2ªTimoteo 3:16-17)  
 Leer la Palabra es sumergirte en sus letras y profundizar en ellas de la mano del Señor. Cuando la lees con el fin de conocer, realmente, más de Dios; de conocer más sobre ti mism@, para acercarte más a Él; de ser un@ en Cristo, perfeccionándote, buscando una unión perfecta en él, para estar alinead@ a su voluntad, que es buena, agradable y perfecta; entonces, encuentras sus tesoros escondidos, esos tesoros que Dios promete por medio de la revelación del Espíritu Santo. Como la misma palabra dice:

   "El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica"
(2ªCorintios 3:6)

La palabra, también limpia:

 "Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado"(Juan 15:3)


 No nos limitemos a leer, escuchemos, por medio de la lectura de la Biblia lo que Jesús quiere decirnos por medio del Espíritu Santo, pues su venida está cerca:

 "¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores"

                                                       (Malaquías 3:2)

Ahora, es tiempo de creer por medio de la fe; después por medio del juicio, pero entonces, será tarde.
MBM.

No hay comentarios: