martes, 10 de junio de 2014

 VIVO O MUERTO



"Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados..." Efesios 2:1

Antes de conocer a Cristo, estábamos muertos en nuestros pecados.
¿Cómo puedes saber si estamos muertos en nuestros pecados?... Si eres insensible a la palabra de Dios, si la palabra no surte efecto en ti, si no te consuela, no te exhorta, edifica... entonces estás muerto espiritualmente.

"...En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia" Efesios 2:2-3

Así que, nos es necesario nacer de nuevo, nacer en el Espíritu. De la misma manera que un niño nace al mundo y ve todas las cosas por primera vez, le calma estar con sus padres y muestra interés por el nuevo mundo que le rodea; así es la actitud de aquel que nace de nuevo en el espíritu, busca a su padre celestial y anhela las nuevas cosas del espíritu, creando en él la necesidad de leer la palabra y pasar tiempo con Dios en oración, descubriendo cada vez más, cosas que te llevan a querer estar más cerca de Dios.

 "entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás" Efesios 2:2-3

Antes éramos hijos de la ira, no por falta de fe, no por nuestra conducta, sino por nuestra naturaleza. Cuando nacemos de nuevo, dejamos de ser hijos de la ira para empezar a ser hijos de Dios y esto ocurre cuando arrepentidos, reconocemos nuestros pecados y pedimos perdón a Dios, aceptando a Cristo como nuestro salvador.

"Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo, (por gracia sois salvos)" Efesios 2:4-5

Sólo el Espíritu, puede sacarte de tu vieja naturaleza y crear en ti la necesidad de vivir una nueva naturaleza que te impulsará a dejar todo lo que no es de Dios, hablando, pensando y comportándonos de otra forma de acuerdo a la nueva criatura en que nos hemos convertido.

DIOS NO ACEPTA EL PECADO. 

LO RECHAZA AL 100%
Y
DIOS AMA AL PECADOR. 

LO ABRAZA AL 100%.

Dios nos dio vida estando en nuestros pecados. A veces confundimos su gracia y vivimos como si, por su amor por nosotros, fuera a dejarnos seguir en pecado.
Él derramó su sangre por nuestros pecados, pero para que esa sangre surta efecto en nosotros, rescatándonos de la pena que deberíamos cumplir, debemos reconocer nuestra condición de pecador y de la misma manera que Él, rechazar el pecado. Así, somos justificados por medio de la fe en Cristo. Y ésta fe, es la que nos lleva a rechazar el pecado que provocó la necesidad del sacrificio de Cristo.

Jesús, por tanto, es el salvador de nuestras vidas y Señor de nuestro presente y de nuestro futuro.
Dios nos acepta tal cual somos, pero no nos deja iguales, sino que nos transforma.
Esta salvación tan grande, solo obra a través del evangelio de Jesucristo, de su obra redentora. Por tanto debemos predicar el evangelio, las buenas nuevas.
 


"Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego" Romanos 1:16

Robert.

No hay comentarios: